Los
boobies son una de las  moscas más
extrañas que se pueden utilizar para la pesca en aguas profundas. A pesar de
que nacieron como imitación de ninfas de libélulas, las que utilizamos hoy no
imitan a nada en particular ni en tamaño, ni en forma, ni en colores. Son
moscas de fantasía que funcionan extraordinariamente bien con las truchas
arcoiris debido a su agresividad, pero que no dejan de sorprendernos con las
comunes en tamaños y colores más discretos.
Boobie rosa, muy efectivo con arcoiris

 Desde su nacimiento al
día de hoy
Aunque
hay varias versiones, todas apuntan a los reservorios del centro de Inglaterra entorno
a los años 70 y a un nombre, Gordon Fraser, quién la creó para pescar en el “
Eyebrook Reservoir”, en Leicester. Principalmente imitaban ninfas acuáticas
sobre todo de libélula, y de hecho hoy día en muchos sitios siguen llamándose
“boobie nymph” lo que nos da una idea clara de su origen. Su montaje
original  era con un par de bolitas de
poliestireno que se sujetaban al anzuelo mediante un trozo de tela de media de
mujer de color blanco. El inconveniente del poliestireno era que con cada
bocado los ojos perdían aire y flotación, deformándose y estrujándose, lo que
se resolvió con la utilización de espumas FOAM de células cerradas, un tipo de
plástico suave y muy flotante. Para entendernos, la espumas de las chanclas de
la piscina.
La
otra característica de esta curiosa mosca es un buen puñado de fibras de marabú
en la cola, que también pueden colocarse a modo de alas, en falso hackle…todo
vale con tal de conseguir movilidad y aprovechar para incitar la agresividad de
las truchas.
Hoy
día la mosca ha dado nombre a una técnica en la que ya se utilizan variantes de
moscas flotantes y neutras, de hecho podemos pescar a “boobie” sin utilizar
esta mosca en el aparejo. FAB,s, suspender, coryxa y otras imitaciones
normalmente de foam y alta flotación sustituyen al boobie con la misma función
en aparejos compuestos mezclando varios patrones y colores.
Boobies, blobs y fabs pueden ser combinados en nuestros aparejos

 Técnica básica
Estas
moscas son tan poco convencionales como su utilización, ya que a pesar de ser
moscas  flotantes se utilizan pegadas al  fondo con la ayuda de líneas hundidas y un
bajo corto. Es muy importante conocer que pasará bajo el agua cuando lancemos
el aparejo a esa profundidad a 20 m o más de distancia ensayando tanto las
combinaciones de moscas en cuando a tipo y tamaño, por lo que el primer consejo
y muy importante si no lo conocemos es lanzar primero en un lugar en que
podamos ver bien la acción( boobies  más
y menos flotantes, FAB´s, Boobie+ blob, etc…) así como su respuesta ante
diferentes recogidas.
 La
acción comienza lanzando lo más lejos que podamos y esperando a que la línea
llegue al fondo. Esto depende de la densidad de la línea, la flotabilidad de
los boobies y la profundidad, pudiendo llegar a 2 minutos en profundidades de 5
m. Durante la caída no es infrecuente que nuestras moscas sean tomadas, por lo
que hay que estar muy atento y clavar para evitar que el pez embuche el anzuelo
causándole mucho daño. Una vez que hemos tocado fondo la acción consiste en
animar las moscas mediante cortos tirones de unos 20 cm, recogidas en “8” o
combinaciones de ambas y después hacer una pausa para que las moscas asciendan.
Este es el movimiento secreto, una acción letal. La caña  siempre baja, incluso con la punta metida en
el agua, lo que aumenta enormemente la sensibilidad y mejora la acción de
recogida.
Hay
que ensayar diferentes recogidas para saber cuál es la ideal cada jornada,
aunque a grandes rasgos podemos decir que a menos actividad, pesca más lenta e
incluso desesperantemente lenta. Los días de más actividad los peces suelen
estar más agresivos y aceptan recogidas más animadas.
En acción de pesca recogiendo lentamente y con la punta de la caña abajo.
 


Las
líneas y los bajos
Cuando
hablo de líneas hundidas, hablo de líneas de hundimiento total o cabezas
hundidas con running intermedio. No hay otra opción, no caben las líneas
intermedias ni las de punta hundida y running flotante tipo Teeny. Es
importante combinar bien la flotabilidad de las moscas con la capacidad de
hundimiento de la línea.
 En
cuanto al bajo, lo más habitual es utilizar uno entre 50 cm y 2 m, aunque la
separación máxima dependerá de la distancia entre la primera y última mosca que
no debe exceder la longitud de la caña. El calibre nunca inferior a un 0.20, y
esto es pescar muy fino en esos días de sol y calma, lo habitual es un 0.24 ó
0.26 aunque no pocas veces yo utilizo un 0.30 si las condiciones me lo
permiten, es decir, si el agua está algo tomada.
 Lo
que suelo hacer es comenzar con 2 ó 3 boobies combinando sus colores,
colocándolos cada 60 cm en codales de unos 10 cm y utilizando en punta un color
más discreto que en los más profundos. El oliva en aguas claras y el negro en
todas las condiciones son siempre una buena opción en punta. A partir de los
resultados podemos alargar o acortar el aparejo si detectamos que la mayoría de
picadas son en la mosca de fondo o en la de punta. En el primer caso mi cambio
es acortar el bajo como máximo hasta dejar 50 cm hasta el primer codal y otros
60 hasta la mosca de punta utilizando solo dos muestras. En el segundo, lo que
suelo hacer es alargar el bajo hasta el máximo intentando mantener las moscas
en la profundidad de pesca.
Os
iremos desvelando en posteriores artículos que combinaciones de colores y
técnicas de pesca usamos para engañar a las arcoíris con este tipo de moscas. 

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