MATERIALES
– Anzuelo: #16
– Hackle: negrisco
– Hilo de montaje: negro 8/0
– Cuerpo: dubbing de pelo de topo
– Tejadillo: pluma de gallo de León negrisco o acerado oscuro
– Poste: para
post naranja fluor
PASO A PASO

1. Fijamos el hilo de montaje a la tija del anzuelo.
2.  Formamos el
cuerpo del tricóptero enrollando el dubbing de topo desde delante  hacia detrás y viceversa, dejando el espacio
suficiente para formar posteriormente en hackle y cabeza del insecto.
3.
Con el
propio hilo de montaje sujetamos fuertemente la pluma de León , en este
caso un indio acerado oscuro, para así formar el tejadillo de nuestro
trico. Previamente debemos igualar la pluma con la ayuda de un
igualador. Cortamos el
sobrante de la pluma.
4. Fijamos el
post con especial cuidado de dejar el suficiente espacio en la parte delantera
de la tija, con el fin de que no quedarnos sin espacio al finalizar nuestro
montaje. Damos 5 o 6  vueltas con el hilo
de montaje alrededor de nuestro poste.

5. Sujetamos la
pluma con la que formaremos el hackle.y con un poco de dubbing formamos el tórax
del insecto. 
6. Enrollamos
cuatro vueltas de hackle y lo fijamos con el hilo de montaje. Hacemos el nudo
final y cortamos el poste a medida. Mosca lista.

A PIE DE RIO
     Flotabilidad, visibilidad y efectividad es lo que buscamos con montajes
como este. Nuestro compañero Mario,  conocido como “jarupi “en este mundillo, es explorador
en el rio  y sorprendente ante el torno,
temporada trás temporada consigue sorprendernos con montajes fuera de lo común
que marcan la diferencia. Lo que pensamos que es fruto de la casualidad no deja
ser el resultado de horas de pesca, montaje y pruebas en los ríos de la montaña
leonesa. Solo a él se le ocurre pescar una tablona del Esla con una efémera roja
con tinsel dorado en un #16,  o tirar al
agua una emergente con alas de color naranja fluor. Romper con todo lo escrito,
para demostrar una vez  más,  que sus moscas, nuestras moscas,  pescan.
     Y ahora me
tocaba a mi sacarla de paseo por tierras gallegas. Era el mes de Julio, la
jornada ya estaba planifica, había quedado con Hector  que meses atrás me había escrito unos correos explicándome
que quería iniciarse en la pesca a varal. No lo dude, lo hablamos un poco y nos
lanzamos a la aventura. Estábamos en Galicia y buscaba un TLSM para pasar el
día, primero nos dejamos caer por el rio Iso, pero en 10 minutos nos dimos
cuenta que aquello no merecía la pena, la contaminación asolaba el rio. Nos
fuimos para el Narla, cerca de Friol, en la provincia de Lugo. El rio estaba prácticamente
seco y lleno de maleza, pero no me importo al ver las aguas tan limpias y
alguna que otra pintona en la cola de las corrientes. 
     Nos lanzamos a
la aventura, el primero en engañarlas fue el más viejo en el oficio, pero mejor
dar paso a la cantera pensé, asique me puse por detrás y deje hacer. Creo que
era la segunda vez que pescaba a varal mi compañero, y vaya como lo hizo. Pateamos
bien el tramo y a pesar de que las truchas no se mostraban demasiado activas conseguí
lo que quería, ver esa cara de Hector, la mismita que puse yo con ocho años cuando
saque mis primeras truchas.

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